La exhibición muestra de las historias de las personas desplazadas internamente a quienes se les solicitó que reflexionaran acerca de sus posesiones más apreciadas. Los objetos a las que las personas desplazadas se aferran a lo largo de sus recorridos a menudo se convierten en una representación física del mundo que dejaron y que se ha desvanecido. Para muchas otras personas desplazadas, representan una promesa de retorno. Una llave, una camisa se convierten en un símbolo de persistencia y de esperanza.